Schutzwald e.V. es una asociación sin ánimo de lucro, voluntaria y descentralizada. Perseguimos el uso sostenible de los recursos y el buen vivir como derecho a una buena vida. Actualmente somos unos 30 voluntarios que trabajamos junto a nuestros socios locales para el uso sostenible de la zona de manglares en el Golfo de Guayaquil.
Fundada en 2001 tras unas primeras experiencias de intercambio intercultural con comunidades indígenas de la región amazónica de Ecuador, la asociación se ha ido ampliando a partir de la iniciativa de los jóvenes y su interés por los contextos de la política de desarrollo. Todo empezó con una comunidad indígena shuar en el llamado «Oriente» del país, que ha cambiado su economía por el ecoturismo y la agricultura sostenible y acoge a voluntarios que quieren trabajar activamente y aprender sobre su forma de vida.
A lo largo de los años, hemos trabajado con muchas comunidades, organizaciones e iniciativas asociadas. La cooperación con la primera comunidad asociada, Arutam, ya ha concluido. Ha establecido con éxito el ecoturismo como sector económico y lo gestiona de forma independiente en su territorio. Sobre todo, el establecimiento del antiguo «Otro Servicio en el Extranjero» (servicio civil extranjero) en dos comunidades en 2003 abrió nuevas posibilidades de cooperación. Además, la participación en el programa «weltwärts» del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) desde 2008 nos llevó a una profesionalización y a una considerable ampliación de nuestras capacidades sobre el terreno, otro cambio cualitativamente central para nosotros.
Nuestra entrada en el Programa Sur-Norte en 2016 también fue de gran importancia para nosotros en términos de intercambio cultural mutuo y cooperación basada en la asociación. En el verano de 2018, dos jóvenes de las zonas del proyecto pudieron iniciar su servicio voluntario federal en Alemania por primera vez.
Además de la presencia continua de varios voluntarios en nuestras comunidades asociadas, también pudimos aumentar nuestra membresía activa y poner nuestro trabajo en una base más amplia. Mientras tanto, además de nuestros voluntarios, entre 20 y 30 personas trabajan activamente en la asociación y se encargan de tareas fijas. La mayoría de ellos son personas que siguen participando después de su propio servicio voluntario. Nuestro círculo de colaboradores ha crecido hasta superar las 150 personas. Nos organizamos en reuniones mensuales de base en línea, y en reuniones bianuales de activistas establecemos la dirección estratégica del trabajo de la asociación. Durante el año, los pequeños grupos trabajan en equipo en sus tareas, como el cuidado de los voluntarios in situ, el cultivo de socios y la cooperación con las universidades. De este modo, hemos conseguido crear una densa red de comunidades, socios de cooperación y partidarios para garantizar el éxito de la cooperación con nuestros socios locales también en el futuro, y poder ofrecer a los jóvenes interesados la oportunidad de adquirir una importante experiencia en el intercambio cultural y el trabajo de política de desarrollo.
En nuestros más de veinte años de historia, hemos desarrollado una imagen propia para nuestro trabajo de asociación y cooperación intercultural. Esto incluye, en particular, la gestión de recursos financieros para la ejecución participativa y sostenible de proyectos en los que las donaciones se utilizan localmente.
La estrecha colaboración con nuestros socios locales y nuestros colaboradores, que hacen posible el trabajo de la asociación, es importante para nosotros.